El sector de la gastronomía en España es uno de nuestros mayores motivos de orgullo como país. En las diferentes regiones del territorio nacional encontramos productos típicos capaces de satisfacer a los paladares más exigentes. Ahora bien, esto no solo entraña al “buen comer”, sino también al “buen beber”; momento en el que el vino destaca como nuestra estrella insignia. Una delicia cuyos procesos productivos se han ido puliendo generación tras generación. Sin embargo, hoy no venimos a hablar del papel de las bodegas en el ámbito de la enología: hoy queremos conceder relevancia a los tapones. Unos artículos sin los cuales las botellas perderían su integridad y, por ende, el consumidor no gozaría de la excelencia del vino español.
Una conservación impecable de la bebida
De nada sirve tener las mejores bodegas del mundo si el vino, durante los procesos de conservación y distribución, pierde las propiedades que les confieren de calidad. En este punto, empresas como Gruartlamancha tienen mucho que decir. Una compañía especializada en la fabricación de tapones para todo tipo de botellas que tiene más de 30 años de experiencia.
El tapón, siempre y cuando sea de alto nivel, impide que el oxígeno entre en la botella; previniendo así la oxidación de la bebida. Esto es una buena forma de evitar el deterioro tanto del sabor como del aroma. Por extensión, los tapones pasan a ser los responsables del buen envejecimiento del vino, asegurando el correcto desarrollo del manjar en cuestión.
Por otro lado, tampoco permiten la entrada de posibles bacterias que pongan en juego su integridad y la salud del consumidor final. En consecuencia, podemos determinar que estos artículos son la pieza clave para que el vino conserve su valor inicial y que, al llegar al paladar del cliente, éste goce de toda la satisfacción que se merece.
Elige los mejores tapones para cada botella
No todos los tapones de botellas de vino son iguales y cualquier bodega que se precie ha de conocer con exactitud la enorme versatilidad de este mercado. En este orden de ideas, Gruart La Mancha se ha especializado en la producción de los mejores modelos, adaptándose así a las necesidades de cada botella. Todo ello siguiendo unos procesos productivos impecables, caracterizados por la trazabilidad.
Si buscas la máxima excelencia en la industria de los tapones, entonces nada como invertir en tapones de corcho natural, los cuales están destinados a vinos de crianza, de reserva y de gran reserva. No obstante, si el vino no goza de los mayores estándares de calidad, entonces los de corcho colmatado quizás sean suficientes; orientados a vinos de media crianza, de crianza y jóvenes.
Por último, tenemos los tapones de corcho técnicos, más bien fabricados para cavas o champán. O incluso los cabezudos que, alejándose de la industria del vino, dan respuesta a las necesidades de conservación de los licores. Sea como sea, las bodegas tienen muchas opciones para elegir el tapón idóneo y en Gruart La Mancha certifican el rigor en la elaboración de cada uno de ellos.
Invierte en empresas con una larga trayectoria
Como bien hemos anticipado, Gruart La Mancha lleva más de 30 años en activo y, durante sus tres décadas de historia, han logrado crecer gradualmente hasta ser auténticos referentes. La compañía vio la luz en 1986 y en 1996, tan solo diez años después, ya tenían su propia planta de producción con la maquinaria más moderna del momento.
Sus procesos productivos y sistemas de venta perfectamente diseñados les permitieron aumentar su rendimiento comercial y en 2006 dieron el salto al mercado internacional. Lo cual los ha llevado a dominar el sector de los tapones tanto dentro como fuera de España.
La compañía no ha dejado de invertir en aquello que les permite mejorar sus procesos productivos, como la apertura de los sistemas propios de depuración de aguas en 2017. Diferentes acciones que les ha permitido ser la mejor opción para las grandes bodegas del mundo y que, gracias a su variedad de modelos de tapones, se adaptan a las necesidades de cualquier empresa de vino.