Cuando una mujer está embarazada dispone de 40 semanas para prepararse para la llegada del gran momento. Ser padres es una de las cosas más maravillosas que la vida puede ofrecer. Pero, sería mentir si no se afirmara, asimismo, que puede dar mucho miedo. No es nada descabellado, sobre todo, si se trata de primerizos. Este post hablará de tres cuestiones fundamentales como son los cólicos del lactante, cómo preparar los mejores biberones y la mastitis que pueden sufrir las mujeres que dan pecho.
¿Cómo identificar y aliviar los cólicos del lactante?
Si hay algo que puede angustiar a los padres que tienen a su bebito los primeros días en casa es el llanto incesante del colico del lactante. Esta situación suele empezar, casi siempre, entre la tercera y la sexta semana de vida, pero termina al tercer o cuarto mes.
Todos los bebés lloran, pero al tener cólicos lo hacen con mayor intensidad y por más tiempo que cuando tienen hambre, frío, calor o necesitan un cambio de pañal. Un bebé sin cólicos dejará de llorar cuando sea satisfecha su necesidad de biberón o pecho, ropa seca y atención de los padres.
Si hay dolor por el cólico será más difícil calmar al pequeño. Además, de los episodios de llanto intenso e inconsolable, se presentan también movimientos espasmódicos de las piernitas y bracitos y enrojecimiento de la piel.
El llanto se parece al del hambre, pero no se acepta comida. Para la corrección de los cólicos son dos las medidas que los padres deben tomar: la alimentación con el pecho materno o biberones anti cólicos y el empleo de medios para reconfortar al bebé como acariciar su abdomen suavemente, mecerlo y tratar de disminuir la estimulación externa como los ruidos, la música alta o la gente hablando a su alrededor.
¿Cuáles son los mejores biberones?
Todo padre desea los mejores biberones para su bebé. La lactancia materna es la alimentación adecuada para los niños desde que nacen y hasta los 24 meses. A partir del cuarto mes se le puede ir alternando con frutas, papillas y comidas especiales para lactantes.
No obstante, no siempre se puede dar pecho a los bebés. A veces patologías de la madre o el niño lo impiden, otras madres deben regresar al trabajo y, aunque se extraigan leche, se requieren biberones y en muchas otras situaciones, los padres deciden no recurrir al pecho.
Cuando un pequeñito no pueda tomar pecho, hay que cuidar muy bien el biberón o la fórmula. Lo mejor es que el pediatra decida qué leche consumir, sobre todo en el primer año. Un biberón inadecuado puede causar intolerancia o alergias.
Afortunadamente y para tranquilidad y comodidad de los padres hay empresas online que venden los mejores biberones personalizados lo más parecidos al pecho materno y cada mamá puede diseñar el suyo para que el bebé no sienta el cambio repentino del seno a la botella de leche. Elegir el mejor biberón redundará en bebés y padres felices y tranquilos.
Mastitis: el lado doloroso de dar pecho
La mastitis es un problema que afecta a cerca del 10% de las mujeres que amamantan. Aunque si existen antecedentes familiares hay más propensión a sufrir de esta inflamación, la cual puede presentarse con o sin infección.
Los síntomas son dolor y dureza en uno o ambos pechos, sensación de tirantez, enrojecimiento y elevación de la temperatura de las mamas. También se pueden presentar fiebre, náuseas y sensación de fatiga.
Lo más recomendable es acudir al médico si se sienten estos síntomas y será este quien determine si es necesario tomar antibióticos o no. Por lo general, el tratamiento es con base en masajes de compresas o una ducha con agua caliente y algún antiinflamatorio recomendado por el especialista.
Algo muy importante es que dar pecho o extraerse leche con un aparato tira leche ayuda notablemente a disminuir la inflamación y el dolor. Al principio dolerá un poco, pero a medida que las glándulas mamarias se vacíen tanto la inflamación como la molestia disminuirán en gran medida.
Nunca hay que tomar antibióticos sin prescripción y menos si el bebé toma pecho porque podría afectarle también.