En las últimas semanas, hemos visto un alza en el rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, y los analistas atribuyen esta tendencia a la preocupación por la inflación. Los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años han subido a su nivel más alto desde principios de 2020, mientras que los rendimientos de los bonos a 30 años también han aumentado.
Las fuerzas tras los bonos del Tesoro de Estados Unidos
La inflación es una preocupación importante para los inversores debido a su impacto en los mercados financieros y en la economía en general. Cuando la inflación aumenta, el valor del dinero disminuye y los precios de los bienes y servicios aumentan. Esto puede llevar a una disminución en el poder adquisitivo de los consumidores y una reducción en el crecimiento económico.
Los inversores están viendo señales de inflación en la economía estadounidense, incluyendo un aumento en el precio de los bienes básicos como la energía y los alimentos. También hay preocupación por la persistencia de la escasez de materias primas y las interrupciones en la cadena de suministro debido a las secuelas logísticas de la pandemia de COVID-19.
Además, la Reserva Federal de Estados Unidos ha mantenido las tasas de interés a corto plazo en niveles históricamente bajos para estimular la economía, lo que ha llevado a un aumento en la oferta de dinero en circulación. Esto ha llevado a una mayor demanda de bienes y servicios, lo que a su vez ha aumentado los precios.
Una respuesta natural
La subida de los rendimientos de bonos del Tesoro de Estados Unidos es una respuesta natural a estas preocupaciones por la inflación. Los inversores exigen un mayor rendimiento para compensar el riesgo de una inflación más alta. Si la inflación se acelera, los inversores querrán ser recompensados por mantener su dinero en bonos que ofrecen un rendimiento fijo y pueden perder valor en términos reales.
Sin embargo, también es importante tener en cuenta que la subida de los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos también puede tener un impacto negativo en otros mercados financieros, como las acciones. Cuando los rendimientos de los bonos aumentan, los inversores pueden desplazar su dinero de las acciones a los bonos, ya que los bonos ofrecen un rendimiento más seguro y predecible. Esto puede llevar a una disminución en los precios de las acciones.
También hay preocupación por el impacto que la subida de los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos puede tener en los préstamos a largo plazo, como los préstamos hipotecarios. Si los rendimientos de los bonos siguen subiendo, los prestamistas pueden tener que aumentar las tasas de interés para compensar el riesgo, lo que podría desalentar a los compradores de viviendas y ralentizar el mercado inmobiliario.