Un científico español es autor de un estudio que logró revertir el envejecimiento en ratones, rejuveneciendo su piel, sus riñones y células. Y aunque hasta el momento no está en los planes aplicarse en humanos, es el primer paso para poder entender el desgaste de los órganos y combatirlo.
El equipo del científico español Juan Carlos Izpisúa, se basa en los logros del Premio Nobel Yamanaka cuando en el 2012 logró transformar células adultas en jóvenes, reprogramando cuatro factores de transcripción, a saber, Oct4, Sox2, Klf4 y c-Myc.
¿Qué son los factores de transcripción?
Son proteínas que se unen a secuencias específicas de ADN, controlando así la transcripción de la información genética del ADN y ARN. El objetivo es reprogramar estos factores para que lean de forma diferente el ADN y provocar la creación de más proteínas.
En pocas palabras, estas proteínas ayudan a “encender” o “apagar” ciertos genes al unirse con ADN cercano. Además, permiten que las células realizan operaciones lógicas y combinan diferentes fuentes de información para “decidir” si expresan un gen.
El proceso para revertir el envejecimiento en ratones
El equipo utilizó la técnica de reprogramación de los factores de transcripción. En este primer intento los resultados no fueron tan alentadores, la técnica provocó un tipo de cáncer causando la muerte de los ratones. Sin embargo, gracias a una reprogramación realizada de forma limitada en intervalos cortos y mantenidos, lograron revertir el efecto.
Los plazos en los que aplicaron la técnica contra el envejecimiento celular estuvieron entre 7 y 10 meses, comenzando cuando los ratones tenían entre 12 y 15 meses de edad, el equivalente a una persona de entre 35 y 50 años. Y un tratamiento a corto plazo durante un mes cuando los ratones tenían 25 meses de edad equivalente a una persona de 80 años.
“No observamos ningún efecto negativo en la salud, el comportamiento o el peso de estos animales”, señalan. No hubo alteraciones de células sanguíneas ni cambios neurológicos en aquellos que recibieron los factores de transcripción.
Los resultados observados constataron que en muchos aspectos se parecían a ratones más jóvenes en cuanto a los riñones y la piel, por lo que el tratamiento para revertir el envejecimiento funcionó. Los científicos también notaron que cuando se lesionaban, las células de la piel de los ratones tratados tenían una mayor capacidad de proliferación y eran menos propensas a cicatrices en comparación con los ratones más viejos.
Esta investigación demuestra que al menos en ratones hay un camino para poder revertir el envejecimiento. “Lo que podría suponer a largo plazo un cambio en la medicina actual si se llegara a aplicar en humanos ayudando a revertir y prevenir enfermedades y lesiones que nuestro organismo acumula a lo largo de la vida”, concluye Izpisúa.